Caída libre en El Madrigal
POR JESÚS MANJÓN IBÁÑEZ
Definitivamente, ya no queda nada de aquel Villarreal de hace unos años cuando maravilló a media Europa, quedando segundo en la Liga española y siendo capaz de llegar a las semifinales de Champions, donde un penalti agónico errado por Riquelme le privó del sueño de la final. ¡Qué tiempos aquéllos! Los Forlán, Riquelme, etc. han dado paso a jugadores como Cazorla, Pirés o Rossi, entre otros. Y el entrenador de aquel maravilloso equipo, Manuel Pellegrini, optó por nuevas emociones e hizo las maletas rumbo al Real Madrid. Su puesto fue ocupado por Ernesto Valverde, llegado tras una etapa triunfal en Grecia. También llegó el fichaje más caro de su historia, Nilmar, procedente del Internacional de Porto Alegre.
Estos cambios hacían intuir que el submarino amarillo iba a estar arriba en la clasificación. Pero nada más lejos de la realidad. La temporada comenzó mal, y continúo mal. Las dudas se apoderaron del vestuario y las críticas comenzaron a brotar en el entorno amarillo. A pesar de contar con jugadores como Gonzalo y Godín, la defensa se mostraba muy insegura; el centro del campo, poco creativo, muy predecible y con las lesiones continuas de Senna y Cazorla; y la delantera, formada por Rossi, Llorente o Nilmar, muy desafortunada de cara al gol. Esta situación ha llevado a la destitución de Valverde, que no supo dar a este equipo la transición que necesitaba dejándolo décimo en la Liga, muy lejos del objetivo marcado a principio de temporada. Su puesto fue ocupado por Juan Carlos Garrido, técnico del Villarreal B.
Pero la afición amarilla sigue teniendo motivos para sonreír gracias a la gran temporada del equipo filial, quinto en la Liga Adelante, con jugadores que en cualquier momento pueden ayudar al primer equipo a levantar el vuelo como Marco Rubén (aunque más lejos que cerca del Madrigal), en lucha por el pichichi; y Carlos Tomás, un magnífico defensa. Todo sustentado en una gran directiva, en mi opinión, entre las mejores de España, que en 12 años han hecho crecer al equipo castellonense hasta metas insospechadas. Al mando Fernando Roig, gran presidente, avalado por un magnífico trabajo al frente de un equipo muy humilde en una localidad de apenas 50.626 habitantes. Por eso, pese a la caída que están sufriendo, es el triunfo de la humildad. Esperemos que vuelvan a deleitarnos con su gran juego de no hace mucho tiempo.
1 comentarios:
el villarreal no va a decaer....siempre estara ay arriba peleando x puestos europeos...aunke este año ya solo le keda la UEFA...una pena,pero confio en él!!
10 de febrero de 2010, 17:13Publicar un comentario