África se rinde al faraón

África se rinde al faraón

 

POR ROBERTO GÓMEZ QUIRÓS

Y ya van tres veces consecutivas. Egipto vuelve de nuevo a dar un golpe sobre la mesa en el continente africano, ganando por tercera vez seguida este torneo, al derrotar en la final a Ghana y después de una impoluta fase de grupos. Y en mi opinión, vuelven a ser los vencedores sin estar en las quinielas de apuestas entre los grandes favoritos al título, visión totalmente errónea que quizá pueda tener su orígen en su "fachada" de no poseer una mayoría de jugadores europeizados.

Egipto está haciendo historia en el continente africano, y tiene mérito, ya que cada vez aumenta más el nivel de los jugadores de estos países, en los cuales los países de Europa ven unos verdaderos músculos y pulmones para sus equipos. Desde fuera siempre caemos en la equivocación de no darles ese papel -totalmente merecido en mi opinión- de gran favorito, seguramente, porque solo contamos con las selecciones con jugadores "europeizados", a los cuales les dotamos a priori de un nivel superior solo por el mero hecho que recalco. Pero siempre nos olvidamos de Egipto, lo dejamos en un plano de posibles vencedores siempre por detrás de otras selecciones, o pensamos que las otras veces quizá fue suerte. Tres veces consecutivas son demasiadas para tener esa suerte.

Podríamos pensar que Egipto puede ser el combinado nacional africano que mejor se sabe adaptar a esta competición, y que su entrenador, Sheshata, sabe jugar perfectamente sus cartas. Observando sus jugadores, sólo uno juega a un nivel aceptable en Europa, Mohammed Zidan, de 28 años, que no cumplió con las expectativas de futuro del Werder Bremen y tras merodear por la Bundesliga finalmente recala en el Borussia Dortmund, como un puntal de este equipo. El resto de los jugadores juegan en la liga egipcia o dubaití. Puede ser por esa razón que quizá no le prestamos tanta atención como a otras selecciones. Pero la realidad es que la mayoría de los jugadores de Egipto llegan con fuerza y energía, y forman un bloque más o menos sólido que crea muchas dificultades a cualquier equipo y con un entrenador que sabe como luchar contra el músculo puro de otras selecciones rivales.

En esta Copa de África, Egipto puede presumir de contar sus partidos por victorias, arrasando ya desde la fase de grupos -ganando, todo sea dicho, a selecciones que irán al próximo mundial- hasta llegar a la final en un sufridísimo partido con gol final de Gedo. El fútbol nos depara muchas veces grandes sorpresas, pero a estas alturas no podemos calificar de sorpresa esta victoria, solo porque nuestra vista desde lejos solo alcanza a vislumbrar a Eto´o, Drogba, Muntari, Essien, Gyan, Gervinho, etc e incluso a la malograda selección togoleña de Adebayor, y no vemos más allá de estas individualidades, que juegan muchas de ellas al más alto nivel en Europa, otros equipos como Egipto, que por esa misma razón salen a darlo todo: quizá es la única oportunidad de que algún ojeador les observe y les lleve a Europa. Egipto adolece de esta clase de jugadores, y ciertamente lo sabe, y por ello juega como un auténtico equipo, como una gran colectividad, que se apoya en su estrella, Zidan.

Estoy seguro de que no tiene los mejores jugadores; estoy seguro de que no son los que tienen más calidad ni músculo; pero estoy seguro de que Egipto es la selección que mejor está sabiendo competir en el ámbito africano, y a pesar de sus limitaciones, a veces regalan incluso minutos de buen juego. Es un sólo faraón formado por muchos luchadores: Egipto no son 11 buenos jugadores que forman un equipo, sino que es un buen equipo formado por 11 jugadores. Egipto vuelve a ser el Campeón de África